Horno profesional de gas o eléctrico: guía de elección

Para entender qué tipo de alimentación elegir para tu actividad, debes considerar los siguientes factores:

• Tipo de producto: ¿produces principalmente pan, pizza o dulces?
  
• Cantidad diaria: ¿tu producción es de pequeñas, medianas o grandes cantidades?
  
• Costes energéticos: en términos de disponibilidad y precios, ¿es más conveniente el gas o la electricidad en tu zona?
  
• Espacio e instalación: ¿tu obrador puede albergar un horno de tamaño adecuado, considerando también la conexión al gas o a la electricidad?
  
• Mantenimiento y duración a largo plazo: ¿cuánto tiempo y recursos estás dispuesto a dedicar al cuidado del horno a largo plazo?
  
• Precisión y uniformidad de cocción: ¿qué tan importante es para ti obtener una cocción uniforme y precisa?
  

Con las respuestas a estas preguntas bien claras, vamos ahora a hacer una comparación directa entre hornos a gas y hornos eléctricos.

¿Por qué elegir un horno profesional a gas?

• Alcanzan rápidamente altas temperaturas: característica que los hace ideales para la cocción de pizza y pan.
  
• Costes operativos generalmente más bajos: en muchas zonas, el gas cuesta menos que la electricidad. Si vives en una zona donde el gas es más económico, el uso de un horno a gas puede llevarte a un ahorro significativo en las facturas.
  
• Calor más “húmedo”: los hornos a gas generan un calor que retiene la humedad, útil para ciertos tipos de productos fermentados (corteza fina pero crujiente).
  
• Producciones intensivas: si tu actividad tiene una producción elevada, un horno a gas podría ser la mejor solución, ya que puede gestionar grandes volúmenes de producción sin afectar la calidad de la cocción.
  

Sin embargo, los hornos a gas requieren a menudo más espacio para la instalación del sistema de alimentación, además de un mantenimiento más frecuente y cuidadoso.

¿Por qué elegir un horno eléctrico profesional?

• Control preciso de la temperatura: los hornos eléctricos son generalmente más precisos en la regulación de la temperatura, característica fundamental, por ejemplo, para los hornos de pastelería.
  
• Distribución homogénea del calor: gracias al sistema de ventilación y a la distribución uniforme del calor, los hornos eléctricos garantizan una cocción constante en toda la superficie del producto.
  
• Facilidad de instalación: a diferencia de los hornos a gas, que requieren una conexión al sistema de gas, los hornos eléctricos son generalmente más fáciles de instalar. No necesitan instalaciones complejas, solo un buen enchufe eléctrico.
  
• Mayor seguridad: los hornos eléctricos son generalmente más seguros que los hornos a gas. De hecho, en algunos obradores o entornos de trabajo, el uso del gas puede estar sujeto a normativas restrictivas.
• Eficiencia energética: aunque el consumo eléctrico tiende a ser más alto que el del gas, hoy en día muchos hornos eléctricos están diseñados para ser mucho más eficientes desde el punto de vista energético, reduciendo los costes de uso a largo plazo.